Por: Jessica Ceballos Rangel
Una de las ciudades más pobladas del departamento del Valle del Cauca se ha visto afectada a través de su historia por el conflicto entre grupos al margen de la ley
“El conjunto da una imagen de pobreza, pero es hermoso. Los tejados se trenzan con las curvas del terreno, que parecen una montaña rusa. Y empieza a gustarle Buenaventura…”, Castro C, German.
Buenaventura cuanta con 377.105 habitantes (DANE, 2012), reconocida por su puerto marítimo (Océano Pacífico) lugar por el que circula el 60% del comercio de Colombia. Su población se abastece de la agricultura, la pesca y además de la explotación de algunos recursos naturales como el oro, madera y caucho. A pesar del alto ingreso económico, Buenaventura es una de las ciudades con el mayor índice de desplazamiento interno forzado, pobreza extrema y miseria (CODHES, 2012).
El desplazamiento intraurbano se da dentro de un mismo territorio, en este el conflicto entre bandas criminales (La Empresa, Los Rastrojos, Los Urabeños, Los Buenaventureños) lleva a que familias enteras salgan de sus hogares hacia el interior o los alrededores de la ciudad, siendo estos uno de los principales afectados en estos enfrentamientos.
Este tipo de desplazamiento en Buenaventura se da principalmente en los barrios ubicados en Bajamar, ya que estos lugares son territorios estratégicos para el tráfico de drogas y armas, por tal razón sus habitantes se ven perjudiciados por los enfrentamientos, asesinatos y desapariciones de personas involucradas o no al conflicto.